La intuición, el sentido común y la intención son los ingredientes básicos para la ecoarquitectura. La bioconstrucción es necesariamente un proceso compartido, como si se tratara de una sinfonía musical donde el diseño compone, las soluciones constructivas definen el ritmo, los materiales la melodía y las instalaciones. Una música interpretada con humildad y respeto, donde los oyentes y los músicos entrelazan beneficiándose, enriqueciéndose mutuamente.
La ecoarquitectura es emoción y sentimiento, no puede dejar indiferente a quienes la disfrutan. Las geometrías, los materiales hablan del lugar, de los usos y de los que viven. En consecuencia cada proyecto es diferente. Esta es la solución universal a los proyectos. Observar, escuchar, sentir, aprender, compartir, diseñar y construir con armonía. Una construcción ecológica ideal es necesariamente una construcción racional. No es necesario llevar el materiales de lejos por su construcción, ya que los tiene al borde. No es necesario que se integre en el paisaje, ya que ella misma es paisaje. No hay que llevar los servicios y la energía de lejos, ya que ella misma los tiene al alcance. Una construcción ecológica ideal voz de la tradición y de la innovación. No sólo vela por la salud de los humanos y del planeta sino que la mejora.
http://www.coeco.cat
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