Las estructuras míticas y cosmológicas que componen los conocimientos tradicionales de estos chamanes constituyen el patrimonio cultural de los muchos grupos étnicos que viven a orillas del río Pirá Paraná. De acuerdo a la sabiduría ancestral, el Pirá Paraná forma el corazón de un gran área llamada el territorio de los jaguares de Yuruparí, cuyos sitios sagrados contienen energía espiritual vital que nutre a todos los seres que viven en el mundo. Los chamanes jaguares siguen un calendario de rituales ceremoniales, en base a su conocimiento tradicional sagrado, para llamar a la comunidad, curar, prevenir enfermedades y revitalizar la naturaleza. Los rituales incluyen cantos y danzas que embellecen el proceso de curación. Se cree que la energía vital y los conocimientos tradicionales de los chamanes que se hereda de un todopoderoso, mítico Yuruparí, una anaconda que vivió como persona, y se materializa en trompetas sagradas preciadas forman a partir de una palmera. Cada grupo étnico conserva sus propias trompetas Yurupari, que forman el centro de la estricta ritual Hee Biki. Durante este ritual, las directrices tradicionales para mantener la salud de las personas y el territorio se transmiten a los hijos varones, como parte de su paso a la edad adulta. Los conocimientos tradicionales sobre el cuidado de los niños, mujeres embarazadas y preparación de los alimentos se transmite entre las mujeres.
La injerencia del hombre blanco amenaza todo esto, como la castración cultural del pueblo indígena Tubu - Hummurimasa.
"Si un día decides conocerte a tí mismo,
tendrás que elegir el camino del guerrero.
LLegarás a tu lado oscuro.
Luego, si superas tus miedos, sabrás quien eres."
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